"Generalmente cuando estoy escribiendo no visualizo las caras ni cuerpos de los personajes. Sobre todo, la experiencia me ha dicho que mejor sea así porque justamente en el desarrollo van cambiando muchísimo; cambian de sexo, de edad... Empiezo a visualizarlos cuando tengo el guión totalmente terminado. Recuerdo algunas excepciones... Cuando escribía el guión de 'Mujeres al borde de un ataque de nervios', sí estaba pensando en Carmen (Maura) porque estaba muy contento con el resultado de 'La ley del deseo' que acabábamos de hacer juntos y quería tener la experiencia casi de 'overdosis' de Carmen. 'Mujeres al borde...' nace de lo que pretendía que fuera una adaptación de 'La voz humana' de Cocteau. Y como en 'La voz humana', iba a haber sólo una protagonista, un teléfono y unas maletas. Pero, como eso sólo me duraba media hora, tuve que escribir una hora entera y en esa hora la puerta de su casa se abrió y empezaron a brotar personajes. 'Átame' la escribí pensando en Antonio (Banderas). En 'Tacones lejanos' pensaba en Victoria (Abril) y Marisa (Paredes) y en 'Todo sobre mi madre' pensaba en Cecilia (Roth). Estos son los únicos casos en los que, mientras estaba escribiendo, pensaba en un actor/actriz concreto; afortunadamente luego pudieron hacerlo. Pero normalmente es al final cuando les voy poniendo cara y, después, muchas veces acabo trabajando con actores que ya he trabajado, sobre todo, porque el recuerdo de habernos entendido te da mucha confianza para repetir. Me gustaría volver a trabajar con todos ellos pero no puedo trabajar ni siquiera bajo mi propio dictado. Una vez que entra la historia y empieza a independizarse me convierto en un 'medium' para que llegue a su final.
Lo mejor que me pueden decir los que han estado aquí es que han visto películas sorprendentes que a primera vista no habían visto en mis películas. Una película vista por mil personas se pueden convertir en mil películas distintas y todas son legítimas. Muchas gracias por haber enriquecido algo que he hecho en una dirección y que vosotros habéis sabido encontrar y expresar en un montón de direcciones más.
He dejado de hacer comedias. Desgraciadamente para mí. Y me lo he propuesto estos dos últimos años. Creo que no es que ahora el humor sea menos salvaje que antes sino que ahora hay menos humor. En las dos últimas películas el humor lo llevan los personajes. Por ejemplo, en 'Todo sobre mi madre' cuando entra Antonia San Juan, que es un personaje de comedia, entra también el género. Y funciona perfectamente con el drama que está viviendo Cecilia Roth. En 'La mala educación' cuando aparece Javier Cámara la escena se convierte en comedia aunque la comparta con el personaje de Gael que es muy dramático".
Este fue el discurso de clausura que dio Pedro Almodóvar para finalizar el congreso que lleva su nombre.
N.Millán
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