Nadie puede negar seriamente que el cine español actual vive una edad de oro y se ha encaramado en cimas internacionales tantos años inalcanzables. Almodóvar, Garci, Trueba, Amenábar son nombres de resonancia mundial. Penélope Cruz, Antonio Banderas o Javier Bardem ocupan lugares nunca pisados por actores españoles.
"He conocido a Buñuel, a Berlanga, a Bardem, a Garci y a Almodóvar. He saludado en alguna ocasión a Amenábar y no sé si a Trueba. Buñuel fue el genio; Berlanga, la inteligencia; Bardem, la descarga intelectual; Garci, la intimidad; Trueba, la mesura; Amenábar, la calidad; Almodóvar, que sé yo qué es Almodóvar"
Tras conocerle en su despacho del ABC, escribió: “Almodóvar, tú eres Pedro…”. Y sobre esa piedra se ha levantado lo mejor de la historia del cine español. Almodóvar es el disparate, la mordacidad, la fantasía, la provocación, el jadeo, la saturnal. Es la utopía, el delirio, el enojo, la exigencia, la mosca cojonera. Es la excitación, la ironía, el antojo, el deseo, el alboroto, el gemido, la exaltación, el aspaviento del novicio, el ademán del padre prior. Es la alucinación, la desmesura, el clímax, la plasticidad, la perspicacia, el fornicario, el relicario. Es la inteligencia en estado puro, la fábula, el hostigamiento, la madera desesperada de las guitarras lejanas, la avispa que deja el aguijón clavado sobre el celuloide.
Almodóvar, todavía en plena juventud, ocupa ya el primer lugar de la historia del cine español, cuya solidez ha cristalizado en los más altos premios norteamericanos, europeos y asiáticos.
Silvia López
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