lunes, 7 de marzo de 2011

José Mota ¿el salvador del cine español?

Álex de la Iglesia presentó el pasado jueves en el Teatro Romano de Cartagena el rodaje de su nueva película, 'La chispa de la vida', protagonizada por José Mota y Salma Hayek. Una vuelta al 'vivir rodando' después de su polémica dimisión como presidente de la Academia de Cine por su desencuentro con la ministra de Cultura tras el acuerdo para sacar adelante la 'Ley Sinde'. "Me encantaría que ése no fuese el titular, pero, efectivamente, estoy disfrutando de ser director de cine de nuevo", ha dicho el todavía presidente de la Academia.
La película, producida por Andrés Vicente Gómez, cuenta la historia de Roberto, un publicista en paro que, abandonado por todos sus amigos, decide recuperar los paraísos perdidos volviendo al hotel donde pasó la luna de miel con su mujer (a la que da vida Salma Hayek). Pero resulta que ya no hay hotel porque han descubierto las ruinas de un teatro romano. Aparece un guardia jurado, Roberto se asusta, se cae sobre un encofrado y se le clava un hierro en la cabeza. Si se mueve, se muere. Así que decide vender su agonía a los medios de comunicación para sacar algo de tajada.
"El que tenga una barra de hierro clavada en la cabeza es lo de menos, porque el personaje está francamente asediado por los problemas", indica De la Iglesia. Aparte del paro, unos hijos disfuncionales, encarnados por Eduardo Casanova (el Fidel de 'Aída') y Nerea Camacho (ganadora de un goya por su papel en 'Camino') y la sensación de no saber lo que va a pasar.


"El sufrimiento es quedarme parado"

"Podría ser una tragedia de Eurípides o Neil Simon", apunta el director, "pero también una obra de Esquilo o Berlanga". Aroma clásico en definitiva, con su coro, con sus tres actos y con su drama, "drama duro, ojo, que aquí lo cómico se usa para crear un contraste ácido, grotesco y pesadillesco", según sus palabras. "Roberto está en una situación en la que, si se mueve, muere. Y me parece el perfecto ejemplo para hablar dela situación en la que nos encontramos, de crisis y desamparo social insostenible", explica. "Yo soy lo contrario. Si no me muevo, me muero. Para mí el sufrimiento es quedarme parado. Por eso entiendo muy bien la historia".
En este sentido, José Mota afirma que es "un lujo" que haya pasado por su vida este papel "de denuncia social de todo lo que está ocurriendo en el mundo y ante lo cual muchas veces no se puede hacer nada, ni siquiera patalear". Su compañera de reparto señala que conocía el cine de Álex pero que estaba esperando que "el desgraciado" le llamase y que una de las razones por las que trabajó con él fue "porque el personaje me hizo pensar en todas las mujeres que son esposas, madres y los verdaderos pilares de la familia. Se ha hecho muy poco por esas mujeres que tienen que poner buena cara en tiempos difíciles, levantar el ánimo a su familia, sin ni siquiera espacio para deprimirse ni llorar".

Probando nuevas formas de estreno

Aún así, en medio de la crisis, de la piratería, del cambio de modelo de mercado y de los malos resultados de taquilla de su anterior película, el director vasco dice tener motivos para no perder la sonrisa: "Ahora todo es muy difícil, pero 'Balada triste de trompeta' es una película con una vida internacional más poderosa que en su país de origen. Se estrena en Francia, en Reino Unido, Sudamérica, Estados Unidos... Estoy viviendo un proceso en el que estoy trabajando casi para fuera. Mi mercado principal no es el español. Con esta película, sin duda".
También afirma que el proceso de polémicas, tensiones y dimisiones no ha sido "en ningún momento traumático". "Lo he vivido con entereza y estoy a gusto con las decisiones que he tomado. Ahora estoy disfrutando de mi trabajo, que es lo mejor que puede decir una persona. Hay muchos que no pueden y esto es precisamente. Y éste es precisamente el tema de la película".
El cineasta habla también de la famosa foto en la gala de los Goya, con Ángeles González-Sinde cogida de su brazo: "En ese momento era mi trabajo. Hemos sido muy amigos. Pero ése no era nuestro mejor momento". Respecto a su discurso sobre las posibilidades de internet como salvador del cine, apuntó que "unos lo aceptaron muy bien y otros no tan bien", que la gente entiende de lo que está hablando pero que no le sorprendió que algunos reaccionasen a él con desde posiciones más conservadoras. "Yo también tenía una visión muy conservadora del cine hasta que empecé a trabajar y tomármelo en serio", apostilla.
En ese sentido, apunta que prepara, cuando produzca él mismo su película, nuevas formas de distribución, aunque en esta ocasión el que manda es Andrés Vicente Gómez, productor de sus primeros éxitos y con quien vuelve a trabajar. "Es mi forma de agradecer el trabajo que he hecho con él y espero que la película sea un éxito". Sin embargo, confiesa "estar trabajando" en una posible fórmula de presentación de esta nueva película que se adecue a sus nuevas ideas sobre el mercado del cine. "Pero no quiero hablar de ello por si no tengo la suerte de conseguirlo. No quiero prometer una cosa que no puedo cumplir".

N.Millán

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